Calienta 2 cucharadas de aceite en un sartén antiadherente y fríe la cebolla a fuego medio-bajo hasta que esté transparente, 8 minutos aproximadamente. Retírala del sartén y resérvala.
En un recipiente aparte bate los huevos con un batidor de mano. Quiebra las papalinas en pedazos pequeños y agrégaselos a los huevos. Agrega la cebolla, la leche y revuélvelos asegurándote que se integren bien.
Calienta el resto del aceite a fuego medio-alto en el mismo sartén donde freíste la cebolla. Vierte la mezcla y baja la temperatura a fuego medio, tápala y déjala que cuaje de ese lado. Dale vuelta con la ayuda de una tapadera o plato. Cocínala aproximadamente de 2 a 3 minutos de cada lado.